miércoles, 9 de diciembre de 2015

Perfección

“La serpiente con su astucia engañó a Eva”2 Corintios 11:3... Era la frase en la pared desdeñosa expuesta a diario, había encontrado mil formas de valerse de su fortalezas, una rutina inmodificable, ejercicios a diario por dos horas; diseñadas por un experto y enviadas con cautela cada semana a su correo electrónico, una dieta rica en proteínas, vegetales orgánicos y carbohidratos complejos, alcohol reservado para comida de negocios en un cálculo de tres copas por reunión, ni más ni menos. Diestra para las finanzas en cinco años había logrado el aumento de ceros para sus clientes de manera transparente en negocios auto sostenibles y con una responsabilidad sin reparos. El diez por ciento de sus ganancias anuales se destinaban al apoyo de estudiantes de escasos recursos. Una vez al mes servía de voluntaria en centro comunitario para apoyar  a madres cabeza de hogar en manejo de las finanzas de sus pequeños negocios. No tenía animales argumentaba la importancia del crecimiento en su espacio vital había un discurso humanitario en cada emprendimiento.
Esa noche de regreso del trote nocturno, un vehículo acabo con su vida.
El guardián de la entrada le dijo este no es tu lugar;


-"Nadie, al ser tentado, diga que Dios lo tienta: Dios no puede ser tentado por el mal, ni tienta a nadie, sino que cada uno es tentado por su propia concupiscencia, que lo atrae y lo seduce. La concupiscencia es madre del pecado, y este, una vez cometido, engendra la muerte."

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