lunes, 8 de febrero de 2016

Búsqueda

A veces te busco y suelo encontrar el insondable silencio. 
A veces te busco y te hallo en las palabras que no quiero pronuciar en la melodía de la canción que no habito y en la huella de los libros que alguna vez obvie. 
A veces te busco y te apareces en las imágenes de las tardes apuradas por la luna  y otras tanta en el halo de un amanecer insomnio.
A veces te busco y te encuentro en mi parte superior izquierda galopando sin cesar.
A veces te busco y no lo sabes 
Porque camino a ti sin saber llegar.  

martes, 2 de febrero de 2016

Diatriba


Habría que incendiarle la imaginación, él tenía esa facultad en ella. Para quienes la conocían se trataba de un ser pragmático, práctico y prevenido, pero él precisamente  había accionado el botón que faltaba por encender, la había convertido en alguien mucho mejor mas sonriente y febril para el gusto de los que la rodeamos.

Era la medianoche del sábado cuando me llamó se moría por una cerveza, ese siempre es el pretexto que utiliza para insinuarme que quiere hablar, acostumbra a  aparecerse a la hora menos pensada a contarme sus ocurrencias; es necesario aclarar que entre tanta seriedad impuesta, existía en ella un ser exquisito lleno de locura y alegría. Al llegar me saludó con un reclamo, decía que debía haberle advertido de las redes del amor, que porque la había impulsado a continuar en esa “amistad erótica”;  repitió con cierto tono de sarcasmo lo que alguna vez le sugerí,

-Todo tiene  un tinte de sano, deja tanta impostura del siglo pasado y adéntrate en la posmodernidad, pequeña, eso no tiene nada malo, arriésgate; cuando fue la última vez que alguien te llamó la atención así.

Preguntó qué la había impulsado a este callejón sin salida, que porqué las cosas no podían ser como hace unos meses; sin importancia, sin amor, sin afecto, sin ganas de quedarse, sin amigos por compartir, sin despedidas ni llamadas para saludar; sin después, sin ganas de futuro. Pretendía que le explicara por qué tenía esas ganas imperiosas de escribirle, de compartir  de saber que habrá después. Me decía una y otra vez que era mejor antes, ya que tenía el control, no esperaba nada a cambio de lo que le daba y lo importante no era el corazón.

Le di un largo abrazo para que se calamara y tratara de escucharme. Me recriminó mi silencio y solicito respuestas, en tono burlesco y para alivianar la situación le  contesté  te estás enamorando, que me hacía feliz que lo sintiera de nuevo; a pesar de su penetrante mirada le afirme que no era tan malo el estado del amor que era una cuestión de  decirlo  y asumir que también hay respuestas negativas.

Al terminar mi diatriba se levanto, caminó largo rato por el apartamento tomó lentamente su cerveza y se fue. Aun espero que aparezca en mi vida a contarme el fin de su historia que empezó con un tinte de nada y se le convirtió en parte de su todo.

Inconclusas promesas

Quizás fue la sensación de desasosiego, tal vez ese vacío por dentro que le quedaba una y otra vez y que sólo con el pasar de las tardes se iba apagando; a lo mejor esa constante reclamación de la conciencia, sobre todo en las noches o cuando a puerta cerrada en el baño se encontraba en silencio; algo de la culpa que desde niña le fue integrada a su ser con dosis bien programadas de castigos y promesas sin cumplir; De seguro un poco de todo esto. Era innegable que si quería dejar de experimentar algo o todo de esto tendría que tomar la decisión y mantenerse firme en ella ¿Pero cómo lograrlo? Sabía que uno solo era el camino y ahora, en este momento estaba dispuesta a lograrlo. Pretendió llenar los pulmones de aire nuevo mientras sintió alivio de vaciar el humo gris y dulzón del cigarrillo que de a pocos formaba figuras tenues en complicidad con la mentirosa lengua y los labios entreabiertos.

Para lograrlo, era seguro, necesitaría de toda su voluntad, del conjunto de su cuerpos, de la participación de cada una de las caprichosas células que se organizaban en manos con dedos teñidos o en pies que conocían el camino y la conducían al kiosco con letras grandes y multicolores  que sus ojos –también de células- devoraban con ansias. Su nariz, que cada vez más ignoraba otros aromas, se disponía a la invitación de la cajetilla sentida en los dedos; el oído que disfruta del chasquido que se produce al romper el empaque. Ella misma más allá de su propio cuerpo, desde eso que filósofos llamaban su metafísica y los teólogos el alma se preparaba para vivir el momento. Iba a ser difícil dejarlo, pero estaba dispuesta.

Otras veces lo había intentado sin mucho éxito, lo que podía comprobarse con el deseo presente. Tantos intentos como caminos para facilitar el abandono: un parche en el antebrazo; la promesa a la mamá, con todo y juramento ante la imagen desgastada del santo de los imposibles; las reuniones a compartir experiencias con un grupo de ex adictos; el aplazamiento del momento con pequeños engaños que la llevaban a desarrollar la ansiedad más insoportable y el cambio de humor que aterraba a conocidos y amigos; las agujas en la oreja; la caries que le produjo el llevarse a la boca un dulce cada vez que tenía ganas y, una formula que por poco la hace millonaria, una moneda a la alcancía por cada infracción al compromiso. Nada funcionó en el pasado.

Ahora, sin embargo todo sería diferente, esta vez no habría regreso; el que su vida estuviera ligada desde el final de la niñez a la dependencia no la hacía feliz aunque tampoco la avergonzaba, era sólo cuestión de demostrarse que ella gobernaba su existencia, un reto a la naturaleza y la voluntad de los dioses. Caminó buscando en la memoria momentos que le permitieran sentirse feliz y descubrió que, curiosamente, sólo lo había sido mientras dormía, justo los momentos en los que de vicios, nada.

Espejo

Acercarse a ella es complicado es una fusión de mariposa volantona conculebra mapana, sonríe mucho pero también arruga la frente, habla rápido y camina con encanto. Con solo hablar con ella sabes si te quedas para siempre o si te retiras con odio. Es curioso siempre esta rodeada de hombres. 

Si te la ganas puedes reírte con ella, pero también debes estar dispuesto a que te juzgue, cuestione y te sacuda. Siempre te va a decir lo que piensa y de ella es doloroso porque quienes la quieren dicen que no tiene tacto y que carece de ternura y de colores Rosita. Si te quedas con ella puedes encontrar la mujer amiga, la confidente, la celestina, la que construye y camina junto a ti. Ama con ganas con pasión con heroísmo y odia las cosas a medias. Dile la verdad y no la disfraces y si en verdad te quedas procura hacerla reír. Si la encuentras y caminas de su lado debes estar dispuesto a la aventura, asombro y a sus cambios de humor.

CICLOTIMIA

Compañía de soledad
Insoldable  que
Contigo
Lentamente huele a dulce
Oportuna forma de no
Torturarme  e
Irremediable
Manera de huir sin salir
Ilesa de ti y de mí
Ahora!!!

Diatriba de un hombre renuente

Te esperado aquí sentada entre Bobbio y Camou, deseando mansamente que sea usted el que me de la mano y al menos una vez me saque de la desidia que significa muchas veces estar vivo, Alguna vez le he comentado como pesan mis ojos al amanecer?
Usted puede ser feliz con lo poco que le queda y que no me pertenece a mi sarcástica existencia, sin embargo prefiere jugar con su silencio ese que tanto daño le hace y que amarga mi espera. Naci para esperar con impaciencia, a veces y solo a veces me pregunto si vale la pena esperarlo, cuando este pasajero ha llegado tarde a una estación donde el tren se ha marchado.

Con un instante a su lado tengo la esperanza de volver a tener fuerzas para seguir empujando la pared que nunca se mueve, o tal vez usted puede ayudarme a conseguir un instrumento para derribarla.
Señor renuente, solo una vez pierda el miedo de quedarse conmigo aunque ese instante solo dure, lo que demora en apagarse el latido de los cuerpos.

...

Entrar salir, dejar pasar o quedarse, su absoluta intrepidez lo mantenían absorto de esa inquietante ciudad, libaba con cada comida un licor de reserva especial, afirmaba que la hora de la muerte debía recibir la solemnidad de los ritos sacerdotales.
El precio de la paz estaba por encima de su sangre.

Esa noche mataría a su hermano.