Te esperado aquí sentada entre Bobbio y Camou, deseando mansamente que sea usted el que me de la mano y al menos una vez me saque de la desidia que significa muchas veces estar vivo, Alguna vez le he comentado como pesan mis ojos al amanecer?
Usted puede ser feliz con lo poco que le queda y que no me pertenece a mi sarcástica existencia, sin embargo prefiere jugar con su silencio ese que tanto daño le hace y que amarga mi espera. Naci para esperar con impaciencia, a veces y solo a veces me pregunto si vale la pena esperarlo, cuando este pasajero ha llegado tarde a una estación donde el tren se ha marchado.
Con un instante a su lado tengo la esperanza de volver a tener fuerzas para seguir empujando la pared que nunca se mueve, o tal vez usted puede ayudarme a conseguir un instrumento para derribarla.
Señor renuente, solo una vez pierda el miedo de quedarse conmigo aunque ese instante solo dure, lo que demora en apagarse el latido de los cuerpos.
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